"Muñeca rota"
Virginia ha salido del colegio y ahora está en la esquina esperando
el colectivo que la lleva a su casa. Ronda los doce años, es menuda
para su edad. Sus ojos brillantes, negros y grandes tienen una mirada
triste y melancólica. A su lado una mujer la observa y de pronto como
habiendo juntado coraje, le hace a Virginia un par de preguntas tontas,
como de ocasión: Si el 63 va para Flores... Si tiene hora... Virginia
quiere contestar, pero en ese instante se detiene ante ella el auto de
Fernando, el amigo de su papá, que le dice: !Virginia¡ !Vení, vení¡
! Vamos nena¡ que te llevo a tu casa. Ya en su cuarto, ocupada en
sus cosas algo dentro de sí la incita a prestar atención a la
conversación de los hombres reunidos en el patio y distingue con
claridad la voz de Fernando que en tono de reproche le dice
a su padre: ! Tené cuidado ¡ Carmen estaba en la parada hablando con la
nena ! Tené cuidado ¡
Virginia ahora con veinticuatro años, tiene en sus manos lo único
que la une a su madre, una muñeca de porcelana que el restaurador, Don
Graciano, le acaba de arreglar. Virginia mira conmovida esa muñeca
ahora sana y la acaricia tal como alguna vez su madre la habia acariciado
y mirado. Despues de un largo silencio Virginia dice: ! Sabe, yo no conocí
a mamá , mi padre nunca quiso que la conociera....., pero una vez, ella
me habló...yo estaba en la parada de un colectivo ...Don Graciano le pre-
gunta ¿Y cómo era? . Virginia con voz apagada le contesta ! Sabe que
no la miré ¡ No sé.
viernes, 31 de agosto de 2007
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