“Amparo y su mamá”
Eran compañeros de trabajo en una Química muy importante. Ella, Amparo, secretaria en el Directorio. El, Nicolás, asistente del ingeniero de Mantenimiento. Se conocieron en el comedor de la fábrica, compartían la mesa con un grupo de programadores del Centro de Cómputos. Desde un principio Amparo (50) y Nicolás (32) buscaban estar juntos para charlar y así de a poco, día a día, Nicolás iba conociendo
La vida de Amparo. Ella era el fruto de un amor prohibido. Con su primera manifestación de vida: engrosó la fina cintura de su mamá, provocando así la huida del
pueblo de sus padres, la mamá, una hermosa adolescente, perteneciente a una encumbrada familia y su papá, un joven sacerdote de la única parroquia del lugar. Su primer viaje: Ella aún dentro de su madre, de España a un país sudamericano. Conoció la luz y las caras de sus padres en Buenos Aires. Luego con el tiempo, llegaron tres hermanos, pero ella era la elegida. Sí , la madre la eligió, por ser la más capaz y la más dócil , para compañía y sostén en su vejez.
Amparo andaba por sus veinte años, cuando el padre, sin aviso previo los deja a todos por muerte súbita. Los hermanos se van casando y ella, la mayor, sin concretar.
Cada vez que se acercaba un pretendiente o noviecito, la madre siempre alerta le hechaba flit. (flit: insecticida para espantar mosquitos). Un día decide no llevar mas enamorados a su casa. Toda su energía la dedica al cuidado de su madre, que estaba enferma y sin dejar su trabajo Amparo se las arregla para llevarla y traerla , de aquí para allá, que al médico, que hacer las compras, que hacer las visitas, que atenderla de noche. Su dedicación fue total.
Su madre se fue atrás del marido hace siete años. Amparo desde hace siete años con tratamiento siquiátrico. Amparo desde hace siete años con pastillas para poder dormir. Las compañeras de trabajo desde hace siete años haciendo la misma apuesta: unas, que el lunes Amparo viene, otras que nó porque se suicida el domingo. Amparo desde hace siete años, todos los días habla de su mamá. –como ella no había otra. –lo buena que era.-cuanto se querían. Y ese era el discurso que Nicolás escuchaba día a día.
Una mañana Amparo entra en la oficina de Nicolás y comienza con su discurso conocido y él en un ataque de sinceridad le dice: ¡Basta Amparo¡- ¡no mientas más¡- Yo no te creo y lo mejor que podrías hacer es poner a esa vieja crápula que tenías por madre en su lugar. Si no lo hiciste en vida de ella, hacelo ahora, estás a tiempo todavía, hacelo por tu vida. Gritá, decile de una vez por todas lo que se merece. Se hizo un silencio y de pronto Amparo cerró los puños y con los ojos cerrados empezó: ¡mamá¡ ¡mamá, que hiciste¡, ¡me cagastes la vida¡, ¡fuistes perversa, egoísta ¡ ¡sacrificastes mi felicidad, mi destino, mi amor para que te atienda¡ ¡me llenastes de culpas¡ ¡alejastes a todos mis novios para que no me fuera de tu lado¡. Ésta es la traducción culta o de salon, como quieran llamarla, de las maldiciones que emitía Amparo. Las verdaderas frases eran mas bien propias de hinchas– barra- brava . o de tumberos.
Nicolás queda paralizado, sin saber que hacer para calmarla y de pronto con una cachetada la calla y Amparo comienza a llorar, a llorar y a llorar, se va a la casa y no vuelve al trabajo hasta después de diez días. No va más al comedor, no habla con nadie. Sus compañeras nada saben de lo que le pasa y Nicolás, asustado tiene mas preguntas que repuestas.
Pasa el tiempo, y una tarde Nicolás la encuentra en la calle. Habian pasado unos cuatro o cinco años de aquella experiencia y ahora Amparo lucía más vital, más linda, sonreía y lo abraza: ¡que alegría¡. ¡que felíz encuentro¡. –Te acordás Nico del ataque que tuve ese día en tu oficina.
- Sí, me acuerdo.
- Ese día nací de nuevo. No volví a ver al siquiatra. No volví a tomar pastilla para dormir. Cambié de trabajo. Redecoré mi casa. Y tengo amante. ¡ Soy felíz¡.
jueves, 13 de septiembre de 2007
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